Noticia de El Mundo, 3 de marzo de 2014.
España es uno de los países de Europa que goza de más luz natural. Ciudades del sur de la Península, como Málaga y Almería, disfrutan de más de 3.000 horas de sol al año, el doble que las capitales del centro y el norte del continente. Esta condición ha llevado a que algunas compañías españolas sean las más punteras en el ámbito de las energías renovables vinculadas al astro rey. Abengoa es una de las firmas que más patentes ha conseguido registrar en el ámbito energético y, con el proyecto Solana, ha conseguido desarrollar la mayor planta termosolar con tecnología cilindroparabólica del mundo.
Situada en Arizona, al suroeste de EEUU, la principal innovación de esta central radica en el sistema de almacenamiento de energía térmica que permite producir energía eléctrica durante seis horas sin hacer uso del campo solar, a la máxima capacidad, 280 MW. «La tecnología de almacenamiento térmico en sales fundidas permite que esta planta solar pueda producir electricidad sin la radiación del sol directa, incluso a lo largo de toda la noche», aseguran desde la compañía.
Gracias a esta metodología, la central, situada en pleno desierto estadounidense, se caracteriza por ser capaz de adaptar el suministro a las necesidades del mercado, ya que la generación varía con la curva de demanda energética, lo que se conoce como gestionabilidad. «La adaptación de la producción en respuesta a la demanda permite superar la intermitencia propia de muchas de las fuentes de energía renovables, que hasta ahora ha sido una de las asignaturas pendientes», añaden desde Abengoa.
La energía termosolar se genera mediante una máquina térmica similar a la de las centrales térmicas convencionales de carbón o gas, pero que en este caso se alimenta de una fuente energética renovable como es la radiación solar. Estos rayos son capturados en concentradores basados en espejos o lentes que los redireccionan para hacerlos llegar a otra superficie de menor tamaño, llamada receptor-absorbedor, donde la energía radiante se convierte en energía térmica a alta temperatura. Ésta se puede convertir en electricidad para ser utilizada inmediatamente, o bien, como energía almacenable en forma química o en forma de calor.
Solana cuenta con la última generación de tecnología cilindroparabólica en operación comercial. El diseño de sus colectores, el modelo E2, es el resultado de años de investigación y desarrollo. En concreto, este prototipo incorpora una estructura mejorada que permitió lograr un montaje más rápido. «El colector, entre otros elementos de esta planta, ha mejorado la competitividad de la tecnología permitiendo llevar a cabo un proyecto de semejantes magnitudes», aseguran.
El proyecto Solana comenzó a gestarse en 2008 tras la firma del acuerdo de compra de energía con Arizona Public Service (APS), la compañía eléctrica más grande de aquel estado. Abengoa inició su construcción a finales de 2010 y, en 2013, una vez superadas las pruebas necesarias para garantizar la integración de la producción a la red eléctrica, comenzó su funcionamiento.
En la actualidad, la compañía trabaja en la mejora de los rendimientos de la tecnología cilindroparabólica, así como en el estudio de nuevos fluidos caloportadores usados en el ciclo de producción.